[Bilingual post / Artículo bilingüe]
Some people seem not to have any trouble defining marriage; I find it extremely difficult. And it's not because I don't know anything about the topic.
Although it is far from being universally accepted (both throughout history and throughout the world), I suppose nowadays, and according to our current way of life, falling in love has usually something to do with getting married.
As for eternity, we're human beings, we fail, and we're limited, so we can't be fully sure about any of our deeds becoming eternal or definitive. I believe in divorce as a necessary institution, but I would say that getting married implies having no plans of making any use of it. Thus, marriage is a bet; when one gets married, one offers every one of their strengths, and commits to try their best, at building a life with the other person, a bit every day. That effort can eventually turn out to be insufficient, but I suppose marriage has also something to do with commitment, with duration, with permanence, with overcoming difficulties, with fighting as a part of a team.
Many people see marriage as the way of formalizing an intimate relationship, and consider sex to be a necessary component, probably of the greatest importance. So some kind of sexual attraction is often involved. There are also many people whose idea of marriage involves having children, and that's another valid reason for people getting married.
Of course, the very nature of marriage is also an interesting subject. Some people see marriage under a strictly religious approach, and get married because (among other reasons) religious authorities order it. And we could talk for a long time (maybe not me) about the contractual nature of marriage, as a means of giving legal status to a common life project. And that would bring us to the beginning again: what kind of life project can be considered as a marriage?
I'm married to the love of my life since 1999, and she's the only person I've ever been in love with at this moment. I've had (and sure will have) my dose of struggle, support, love, arguments. And I don't know whether death or divorce will tear us apart in the end, but right now I just can't imagine living without her. I would say that I'm properly married. I would say that this gold ring I have in my finger -the only golden thing, and the only ring, I'm wearing- does represent something great (as great as a mere human business may be). But the funny thing is, if we tried to collect all of the different sides of marriage and critically examine mine, it could qualify as a proper marriage or not, depending on who's giving his opinion.
Surprisingly enough, people who are neither allowed nor willing to ever get married in their entire life behave as if they were experts in the field, but not just that: the only authorities in the field. They state that same-sex marriage is not marriage. That a family founded upon such a marriage is not a family. I know for sure that they could find arguments to disregard my marriage as well. However, while they theoretize about marriage, and condemn people, and deny, and summon their congregation and throw it against defenceless individuals that want to publicly swear eternal love to each other, I work hard every day to build this thing with my love, whatever we call it. And precisely defining marriage turns out to be quite difficult for me, but is really easy for them. In no doubt, these guys must be inspired by God.
In my humility, I can only say that if I try to isolate what really makes my union a marriage, what is the nature of the bridge that keeps us together (hopefully until the very end), the fact that I'm a man and my parter is a woman is definitely not what joins us or makes us different from the rest of people that crosses the street every day.
I leave absolute certainty and perfect convictions for people with the guts to decide whether to send you to heaven or hell. Or to the pyre.
(Who, by the way, I can't figure out why argue about civil laws that don't have any meaning for them anyway).
Hay gente que parece no tener ningún problema para definir el matrimonio; a mí me resulta tremendamente difícil. Y no es porque no sepa nada del asunto.
Aunque dista mucho de ser una verdad universal (tanto a lo largo de la historia como a lo ancho del mundo), supongo que hoy en día, de acuerdo con nuestras costumbres, enamorarse suele tener algo que ver con casarse.
Por lo que se refiere a la eternidad, somos humanos, falibles, limitados, así que no podemos estar seguros de que ninguna de nuestras obras sea eterna o definitiva. Creo que el divorcio es una institución necesaria, pero supongo que casarse implica no tener planes de hacer uso de él. Digamos que el matrimonio es una apuesta; cuando uno se casa, ofrece todas sus fortalezas, y se compromete a hacer lo posible, para construir una vida con la otra persona, un poquito cada día. Ese esfuerzo quizás se revele finalmente insuficiente, pero supongo que casarse tiene algo que ver con el compromiso, la duración, la permanencia, superar dificultades, luchar como parte de un equipo.
Mucha gente entiende el matrimonio como una manera de formalizar una relación íntima, y considera el sexo un componente necesario, probablemente de gran importancia. Así que es frecuente que haya algún tipo de atracción sexual influyendo en la decisión. También hay mucha gente cuya idea de matrimonio implica tener hijos, y esa es otra razón válida para casarse.
Por supuesto, la naturaleza misma del matrimonio es otra cuestión interesante. Algunos lo entienden desde una óptica estrictamente religiosa, y se casan (entre otras razones) porque las autoridades religiosas así lo ordenan. Y se podría hablar largo y tendido (quizás yo no sea el más indicado) sobre la naturaleza contractual del matrimonio, como un medio de dar estatus legal a un proyecto de vida en común. Lo que nos llevaría otra vez al principio: ¿qué tipo de proyecto cabe considerar como matrimonio?
Estoy casado con el amor de mi vida desde 1999, y es la única persona de la que he estado enamorado hasta ahora. He tenido (y seguro que tendré) mi parte de lucha, apoyo, amor, discusiones. Y no sé si al final nos separará la muerte o el divorcio, pero hoy por hoy no puedo imaginar mi vida sin ella. Yo diría que estoy casado correctamente. Diría que este anillo de oro que llevo en el dedo (la única cosa de oro, y el único anillo, que llevo) representa algo grande (tan grande como puede ser un mero asunto humano). Pero lo curioso es que si intentáramos recopilar todas las facetas del matrimonio y examinar el mío críticamente, podría considerarse válido o no, según quién opinara.
Sorprendentemente, gente a la que ni se permite casarse ni quieren hacerlo en toda su vida se comportan como expertos en el tema, y no sólo eso: como las
únicas autoridades en la materia. Afirman que el matrimonio homosexual no es matrimonio. Que una familia establecida sobre tal matrimonio no es una familia. Estoy seguro de que podrían encontrar argumentos para descartar de manera similar mi propio matrimonio. Sin embargo, mientras ellos teorizan sobre el matrimonio, y condenan a gente, y niegan, y convocan a sus fieles y los lanzan contra personas indefensas que quieren jurarse amor eterno públicamente, yo trabajo duro todos los días para construir con el amor de mi vida esta cosa, se llame como se llame. Y definir el matrimonio con precisión resulta ser bastante difícil para mí, pero muy fácil para ellos. No cabe duda de que están inspirados por Dios.
Desde mi humildad, sólo puedo decir que si intento aislar lo que de verdad convierte mi unión en un matrimonio, de qué naturaleza es el puente que nos mantiene juntos (espero que hasta el final), el hecho de que yo sea un hombre y mi compañera una mujer no es, sin duda alguna, lo que nos une o nos hace diferentes del resto de la gente que pasa por la calle todos los días.
La certeza absoluta y las convicciones perfectas se las dejo a la gente con cuajo suficiente para decidir si deben enviarte al cielo o al infierno. O a la hoguera.
(Que, por cierto, no entiendo qué pintan discutiendo sobre leyes civiles que no les afectan en absoluto y cuya validez no reconocen de todas formas).