Trabajo y periodismo
Sé que hay quien no lo aceptará nunca, pero la televisión pública en los últimos años me parece infinitamente menos partidista que en años anteriores, o que otras televisiones. (No he dicho "cero", he dicho "infinitamente menos que".)
Hace poco, un periodista hizo una pregunta al Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. La pregunta ni siquiera era especialmente inoportuna por el contenido, sino en todo caso por el momento. Pero la hizo aparentemente con razonable educación. El ministro contestó, pero entonces un señor que por lo visto es jefe de prensa del ministro amenazó al periodista con impedirle en lo sucesivo la entrada al ministerio.
Un detallito: un periodista poniendo en apuros a un ministro (cosa que este ni siquiera ha llegado a hacer) con una pregunta razonable (no hablo de conspiranoias ni de memeces) es una buena noticia. Es para lo que están. Es el trabajo del periodista. Es más; si se salta las normas de las ruedas de prensa (de modo que no perjudique a terceros, claro) casi me alegraré, porque estoy harto de esas declaraciones en las que los periodistas hacen sólo de taquígrafos, sin preguntas, y deberían empezar a dar puñetazos en la mesa. ¿No hay preguntas? Pues no hay nadie en la sala. ¿Hay preguntas? Pues las hacemos nosotros.
Segundo detallito: esta reacción del jefe de prensa se emitió por la televisión pública. Sí, señores. En esa que hay quien dice que está al servicio del PSOE. El suceso no beneficia precisamente al jefe de prensa, ni a Corbacho, ni al Gobierno. Pero se emitió. Claro que el periodista era precisamente de TVE, y TVE es absolutamente corporativista consigo misma (y los telediarios no son más que tristes espacios de autopromoción). Pero si está al servicio de sí misma, no está tan al servicio del PSOE; que es de lo que se trata.
Bueno, me parece que este jefe de presa, prepotente, chulo y amenazante, debería dimitir, pese a todas las defensas que de él pueda hacer Corbacho. Ese trato con la prensa no es aceptable. Decirle al periodista "manolo, no jodas, que no es momento de entrevistas" me serviría. El "me he quedado con tu cara", no.
Así que la polémica que ha surgido me parece sana en una democracia. Un pequeño destello de alivio entre tanta postración periodística.
Manel Fran, dimite o pide disculpas. O las dos cosas.