Voy a intentar escribir algo que quizás pueda ser útil a alguien. Una guía para escuchar jazz. Un puñado de obviedades discutibles para quien ya oiga jazz o mucha música en general, pero que me parece que puede servir a quien se inicie en ello, o no se haya iniciado por puro rechazo pero quiera darle una oportunidad, o tenga curiosidad.
Mi primer consejo: no estás obligado a que te guste. El jazz es muy, muy, muy amplio. A mí me encanta el jazz, pero muchas cosas no me gustan nada. Busca intérpretes o estilos concretos, y escucha los que te gusten; y los demás, pues el tiempo lo dirá. A mí, por ejemplo, no me gusta mucho esto, y eso que lo están tocando dos verdaderos genios. Da igual si es culpa de ellos o mía; esa propuesta no es para mí (de momento), y no pasa nada.
Una segunda cuestión a tener en cuenta: el jazz es como es por evolución, y en el oyente también hay evolución. Cualquier rock and roll clásico de Elvis o cualquier otro (mira qué cosa más fácil de escuchar para nosotros) tiene acordes de séptima (puede que de hecho todos los acordes sean de séptima). Pero si escuchas música clásica es muy probable que no oigas ni uno, ni en Bach ni en Beethoven ni en Mozart ni en Vivaldi porque esos acordes sonaban mal al oído de la época (¡y menudos oídos acabo de nombrar!). Hoy suenan bien porque nos hemos acostumbrado, simplemente; y mañana sonarán bien cosas que hoy no tragamos. A lo largo del siglo XX, cada hallazgo jazzístico ha añadido algo sorprendente o nuevo a lo que había antes, pero no se ha dado un salto sin más de 1900 a 1995. Ese mismo desarrollo gradual lo tiene un oyente; asúmelo y aprovéchate de que el siglo XX es el siglo de las grabaciones sonoras. Todo está a tu disposición. Si te hace gracia el jazz de los años 1920, pues dale a ese, sin complejos (hoy en día hay gente cultivando esos estilos tradicionales).
Como resumen de esos dos primeros puntos: no te agobies si algo no te gusta. Pruébalo con un poco de atención, pero si no es lo tuyo, a otra cosa. Lo más clásico es más fácil de escuchar, pero quizás nos disguste por sonar a viejo. Lo más nuevo es moderno, es de nuestra época, pero puede que sea demasiado innovador o duro de oír para nuestros hábitos. Pero entre un extremo y otro el abanico es descomunalmente grande, y seguro que encontramos cosas que serán de las más maravillosas que hayamos oído.
Otra cosa a tener en cuenta: es raro que haya malos músicos en el jazz. Insisto, no tiene por qué gustarnos lo que hacen, pero ante ese pensamiento -que todos hemos tenido- de "está tocando al azar, eso lo hace cualquiera"... casi se puede apostar a que no es así, a que es al contrario, a que hacen falta muchos años de formación durísima (sí, aunque sea para que el resultado no nos guste). Otra pincelada: para estafar a la gente hay vías mucho más fructíferas (y fáciles) que coger un saxo y tocar free jazz.
Yendo a lo práctico, y suponiendo que el jazz que nos gusta sea un jazz "típico", ni demasiado comercial ni demasiado experimental, ahí van algunas ideas que pueden servir al recién llegado.
- El jazz es una música de intérpretes, más que de autores. Y de interpretaciones, más que de intérpretes. Miles de músicos han tocado las mismas canciones -las más frecuentes se llaman standards- pero cada uno las toca a su manera, y es más, un día las toca con unos compañeros, otro día con otros, un día con un estado de ánimo, otro con otro, y en cualquier caso cada día empieza de cero e inventa algo nuevo. La referencia que puse antes es de Pat Metheny tocando All the things you are con Brad Mehldau, aquí toca la misma canción pero en un trío (con Charlie Haden, por cierto), aquí en trío pero con otros músicos, y aquí la toca en solitario durante una clase magistral. Cada grabación es distinta, da igual que sea el mismo tema. (Por cierto, insisto, Metheny para mi gusto no es de lo más fácil de oír, es sólo un ejemplo.)
- Es frecuente que la melodía original de la canción (ya personalizada) se toque una vez al principio, y otra vez al final para retomar el tema y acabar. Por enmedio, seguramente habrá solos de los instrumentistas; por turno, cada cual toca "el tema" varias veces, y lo de "el tema" va entre comillas porque aunque toca una música compatible con la canción, no toca la canción como tal, sino... lo que le da la gana. Si mentalmente tarareamos la canción mientras tanto, veremos que encaja, que en realidad los músicos siguen tocando esa armonía.
- Por tanto, puede parecer que la música se toca al azar, pero si conocemos el tema (o lo "memorizamos" en la primera exposición) la interpretación tendrá todo el sentido, estaremos orientados. Veremos a qué juega el solista. Si conocemos los temas, será más divertido aún.
- En directo (que es como hay que escuchar esta música si se puede) no es raro que el público aplauda cuando cada solista termina su parte. De hecho, en general se acepta (es más, cabe decir que se desea) que el público no esté rígido como en un concierto de música clásica.
- Además de ir por turno tocando los solos, algunos instrumentos pueden hacer un solo juntos, con turnos más cortos: lo que se llaman cuatros, u ochos. Es muy frecuente con la batería. En vez de tocar 32 compases seguidos de batería, la batería toca sola cuatro compases (de ahí el nombre de "cuatros"), y otro instrumento (digamos el piano) le "contesta" otros cuatro compases. La batería vuelve a hablar, y la guitarra le contesta. Batería otra vez, piano otra vez; y así hacen, digamos, los 32 compases. Por cierto, en directo, en este caso, no se suele aplaudir a cada "trocito" de solo de 4 compases, sino a la fase completa de solos.
- Cuando hay un solo, veremos que los demás instrumentos se ajustan al volumen adecuado y colaboran con el solista. Por ejemplo, si hay un solo de bajo (que se oye menos, por lo general) todos los instrumentos tocan muy suave, o directamente no tocan.
El jazz y el comic son, creo, dos formas de arte sublimes. Comparten una desventaja frente a la televisión o la música más comercial: el espectador tiene que poner de su parte. En el comic completa mentalmente las transiciones de una viñeta a otra, y en el jazz tiene en su cabeza, aunque sea prendida con alfileres, la melodía que los músicos están reinterpretando. Pero cuando se hace así... menudas cosas podemos encontrarnos.