Mitsubishi
Estoy confinado en un curso (y mañana más). Es cháchara de consultores, pero tenía la esperanza de que en este caso fuese interesante y no cháchara vacía como otras veces. Y sí, es cháchara de consultores, pero francamente interesante, así que no me ha defraudado en ningún sentido.
Me paro a pensar qué tipo de vida lleva el profesor, afincado en Madrid y en constante contacto con empresas, de ese tipo de empresas a las que interesa pagar una millonada por este tipo de cháchara.
Mia quehtá leho Hapón, y veo que el proyector de vídeo ha sido fabricado por una empresa de ese lejano país. Y veo que el bolígrafo que tengo en la mano (se me ocurren pocas cosas que tengan tan poca relación con un proyector de vídeo) ha sido fabricado por la misma empresa de ese lejano país. Y recordando que alguna que otra excavadora que he visto no hace mucho también la hizo esa empresa, no puedo evitar que un ligero escalofrío de vértigo me recorra el espinazo.
Quizás esta exposición tan repentina al apasionante mundo de las grandes empresas me haga recapacitar y me convierta al fin en un triunfador.
O quizás soy irrecuperable. Un perdedor vocacional y convencido.
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