Text in English Texto en español 1000. Adiós. Goodbye.

ME MUDO A / MOVING TO: http://guti.wordpress.com

Me voy, pero sigo.

Si el contador de Blogger fuera correcto, esta sería la entrada número 1.000 de este blog. Creo que cuenta también borradores que nunca se publicaron, así que en realidad debe de haber 960 entradas publicadas. Pero el caso es que el marcador señala ahora un redondo 1.000.

1.000 ideas, 1.000 tonterías, 1.000 trocitos de algo. 588 en español, 334 en asturiano, 55 en inglés, 14 en francés (sí, no suman 1.000; habré etiquetado mal). Quién iba a pensar aquel día de 2006 que no sólo no me iba a cansar a los dos días, sino que 2.358 días después seguiría vertiendo aquí lo que se me pasa por la cabeza. Parece que cada dos o tres días tengo algo que me apetece decirle a alguien y a nadie. Hay casi 100.000 visitas, así que en el fondo alguien escucha a veces.

Escribir no es un invento de Steve Jobs; se ha hecho siempre. Y escribir por escribir, también. Hay gente a la que se lo pide el cuerpo. Debo de ser de esos.

Y es buen momento para cerrar una etapa. Tengo intención de que este sea mi último artículo aquí.

Pero eso no significa que deje de escribir. Es que me mudo.

Ya dije ayer por qué no me gusta Google, y quiero empezar a hacer las cosas de otra forma. Así que, de momento, el blog se mueve a Wordpress. He importado los artículos allí, y parece que ha funcionado. Se impone un cambio de aires.

Hasta siempre, blog. He aprendido mucho aquí.

Y por lo que respecta a ti, si quieres, nos vemos en http://guti.wordpress.com. Nada me gustaría más.

Hola, blog. Espero que me acompañes miles de días.

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I'm leaving, but I'm carrying on.


If Blogger counter is right, this would be post #1000. I think it counts drafts as well, so there are probably just about 960 published posts. But anyway, the counter shows a perfect 1000 right now.

1000 ideas, 1000 silly things, 1000 pieces of something. 588 in Spanish, 334 in Asturian, 55 in English, 14 in French (yes, they don't make 1000; probably I forgot some tags somewhere). Who could have guessed, in 2006, that I wouldn't just get tired after a couple of days, but instead I'd keep pouring here whatever comes to my mind. It looks like every two or three days I've got something to tell to somebody, to anybody. There are almost 100000 visited pages, so somebody is listening sometimes, after all.

Writing was not invented by Steve Jobs; it has always been done. And also writing without any purpose, of course. Some people just need it. I must be one of those.

And this is a good moment to move on. My intention is that this is my last post here.

But that doesn't mean that I'll stop writing. I'm just moving.

Yesterday I wrote why I don't like Google, and I want to change the way I do some things. So, by now, this blog is moving to Wordpress. I've imported posts there, and it seems to work. So I'm moving.

Good bye, blog. I've learnt a lot here.

And as for you, if you want, see you in http://guti.wordpress.com. Nothing would make me happier.

Hi, blog. I hope you'll keep me company for thousands of days.

Texto en español Por qué no me gusta Google

¿Qué es lo peor de los teléfonos móviles?

Cambiar de teléfono.

Resulta desesperante que los contactos de uno, las citas, los mensajes, estén metidos en un cacharro. Que cada cual necesite un cable distinto, que a veces se entiendan por Bluetooth y a veces no. Que haya que estar pensando cómo los transfieres. Esos datos son textitos y numeritos. Debería estar inventado y resuelto cómo transferirlos, desde los años 50 del siglo XX. De hecho, lo está.

¿Qué era (es) lo peor de Outlook 2000?

Los ficheros PST.

Son ficheros en un formato que sólo se lee, aparentemente, con Outlook o con programas que la gente ha hecho por ahí, y por lo general funcionan fatal. Sí, puedes entrar en Outlook y exportar, pero eso tampoco suele funcionar de manera aceptable. Los mensajes de correo electrónico son textos y ficheros adjuntos, y las carpetas son... carpetas. Esto debería estar completamente resuelto desde los comienzos de Internet. De hecho, lo está.

No me cabe en la cabeza que sigamos así. La mayoría de las aplicaciones de hoy, tanto en línea como de escritorio, no aceptan una cosa:

Mis datos son míos.

Resulta inaudito, si yo compro un destornillador, que las cosas que atornillo con él pasen a ser casi propiedad del fabricante. Que Bosch se quede con mis cuadros porque los he colgado con un taladro suyo.

Por eso me parece impresentable Facebook. Y por eso no me convence Google, por más que las aplicaciones puedan ser molonas. Que lo son, pero no tanto.

Sí, puedes descargarte algunos de esos datos, según el caso. Pero en muchos casos no es con un enlace de descarga, bien visible, al lado de tus datos, sino recurriendo a aplicaciones de terceros, a trampas, a rodeos.

Pero la exportación ni siquiera es lo peor. Lo peor es lo que pasa con los contenidos. Y pasa algo muy, muy, muy serio.

No me gusta que Google sea dueño de mis correos (Gmail), de mis documentos (Google Docs), de lo que leo en blogs (Google Reader), de lo que escribo (Blogger), de mis citas y planes (Google Calendar), de los vídeos que veo o comparto (Youtube), de mis fotos (Picasa), de los sitios y momentos en los que estoy (Google Earth, Google Maps), de lo que busco y visito en Internet (¡Google!).

¿Lo habías pensado? Lo que se puede saber sobre ti cruzando todos esos datos es verdaderamente escalofriante. Creo que uno de los signos que van a distinguir nuestros tiempos en la Historia es la renuncia a la intimidad, la tranquilidad con la que los ciudadanos dejaron todos sus datos, toda su vida, en manos de empresas que los podían utilizar sin ninguna cortapisa ni escrúpulo. Ojalá no nos tengamos que arrepentir.

Al principio, la adquisición de Blogger por Google, por ejemplo, no se notaba demasiado. Pero poco a poco, van cambiando cosas, te van empujando, tienes que usar el usuario de GMail y no el autónomo que tenías. Lo mismo en Youtube; llega un momento en el que tienes que usar una cuenta de Google, sí o sí. Luego, llegan y lo que era guticr.blogspot.com, ahora es guticr.blogspot.com.es, porque les ha dado la gana. No me han preguntado nada, lo han cambiado porque han querido. Da igual si yo quiero que me sitúen en España o no. Lo han hecho, y ya está.

Y como cliente son cosas que no puedo consentir, aunque parece que aquí soy el único raro.

Hace un tiempo, quise recordar el título de un libro que había leído hacía muy poco. Pregunté en la biblioteca pública si podía ver mi historial de libros tomados en préstamo, haciendo una petición o lo que fuese. La respuesta fue: no. No porque no queramos dártelo, sino porque esos registros NO EXISTEN. No sabemos qué has leído. Sólo tenemos los registros de los libros que aún no has devuelto, y cuando los devuelvas se borrarán. Tenemos datos de cuánto tardas en devolver cada pedido, a efectos estadísticos, pero no de qué libros eran. Compárese ese respeto a los derechos del cliente (y eso que hablamos de un Estado) con el de las empresas estadounidenses de Internet.

Lo que estamos haciendo con Google es algo sin precedentes. Es algo tan demencial, tan inconsciente, tan servil, tan ovejo, que empiezo a pensar que estamos zombificados. Hace años, el movimiento del software libre tenía alguna fuerza, era un contrapeso a Microsoft. Hoy, todo el mundo abraza Apple de manera completamente entregada. Y Apple es una empresa pésima: fabrica productos completamente cerrados, propietarios, caros. Casi tienes que estar agradecido por comprar Apple.

Esto no puede seguir así.

Texto en español Dragó y la idiotez

Desconozco si todos los lectores de Dragó son idiotas; supongo que no. En realidad, no tengo muchos elementos de juicio porque sólo conozco un posible lector de Dragó (y no sé si lo es en realidad): Ana Botella, a quien en este vídeo vemos con Dragó en un maratón de rosca mutua y en el que se ve cómo Dragó y Botella asumen con toda naturalidad que el último libro de Dragó no lo escribió Dragó, que es un escritor tan peculiar que no tiene tiempo para escribir.
Sin embargo, estoy seguro de que no todos los lectores de El Mundo son idiotas, porque conozco al menos a uno: yo. Pero supongo que hay muchos más. Vamos, supongo que son mayoría, una mayoría abrumadora, la práctica totalidad de los lectores de El Mundo, los que no son idiotas.

Por eso supongo que el motivo de que la noticia más leída de El Mundo durante varios días fuese esta:

 Padre a los 75 con 70 pastillas diarias - Fernando Sánchez-Dragó desgrana su 'elixir de la eterna juventud'

obedece a una verdadera oleada de indignación, abucheo y reprobación. Lo hemos leído para ver qué chorradas dice.

Supongo que los lectores de El Mundo se han dado cuenta de que eso no es una noticia, ni información, ni nada que se parezca a periodismo.

Supongo que se han dado cuenta de que por otra parte eso de que Dragó se toma setenta pastillas al día o que lleva una maleta aparte sólo para las pastillas es una mentira como una casa de grande.

Supongo que no creen que Dragó sea en realidad tan idiota como puede llegar a parecer.

Supongo que saben que si te tomas 70 pastillas al día, definitivamente no tienes 20 años, ni te sientes como alguien de 20 años (es francamente raro el caso de veinteañeros que se toman 70 pastillas al día, incluso contando a los amigos de Pocholo).

Supongo que han caído en la cuenta de que eso que tiene formato de noticia es un puro anuncio el que Dragó, a costa de decir memeces y hacer payasadas, intenta vender el negocio de su mujer, ese negocio que probablemente debería estar cerrado por una docena de motivos.

Pero a pesar de la agudeza de los inteligentes lectores de El Mundo (a quienes seguro que no ha engañado esa farsa de anuncio disfrazado de noticia) hay que reconocer que probablemente el negocio de esa señora vaya viento en popa. Vivimos en un país en el que las farmacias son negocios regulados de forma estricta, y sin embargo en muchos de sus escaparates y rótulos podemos ver, al lado de la palabra "farmacia", la palabra "homeopatía". Y nadie se escandaliza.

Así que no es extraño que Dragó siga escribiendo y hablando en público, y tenga lectores y oyentes.

 

Text in English Four jazz lessons in two minutes

The Muppets were a superb source of wisdom. And here we have four lessons about jazz in just two minutes.

1.- If they are paying you, you must play. Whatever. Charlie Parker will forgive you from up there.
2.- The roots. NEVER forget to play the roots.
3.- Some drummers can get really, really annoying.
4.- And if they do, here's the only way to put them out of your way...