La lengua proscrita
En relación con el asturiano, se habla a menudo de eventuales imposiciones. Parece que tenemos que tener miedo de tan formidable enemigo.
Odio el victimismo, es decir, la actitud de arrogarse la condición de víctima para poder pervertir el mecanismo de desagravio y, mediante él, aspirar a cosas a las que uno no tiene derecho. Algo, lamentablemente, muy habitual en la política española. En el asunto del asturiano hay, como en todos, actitudes victimistas. Pero los hechos son los hechos, y hay que admitir que no todo es victimismo.
El asturiano es una lengua perseguida, prohibida. Proscrita. Se toleran ciertos usos, quizás por disimulo. Y eso es todo.
Parece que según el borrador que se está manejando para el nuevo reglamento de los estudios de doctorado en la Universidad de Oviedo, reglamentariamente no se podrá presentar una tesis doctoral en asturiano.
No es que esté en desventaja respecto al castellano; no es que su uso requiera de trámites especiales; no es que requiera de un permiso específico de la comisión de doctorado, no es que se pueda usar sólo para ciertas temáticas o ámbitos, no es que sea una lengua de segunda respecto al castellano. Eso ya sería denunciable. Pero es mucho peor; simplemente, NO SE PUEDE USAR. Sean cuales sean las circunstancias.
Según ese borrador, sería reglamentariamente posible presentar una tesis doctoral en idioma maltés. Un idioma con un número de hablantes comparable al asturiano, con una gran variedad dialectal, de origen no latino sino semítico, que se escribe con alfabeto latino casi por casualidad... Es decir, una lengua más extraña y menos difundida que el asturiano, una lengua absolutamente ajena a cualquier español.
Pues esa lengua tendrá, en el reglamento de doctorado, un reconocimiento muy superior al del asturiano. Sencillamente, porque el reconocimiento al asturiano es CERO.
Y esto con un rectorado en cuyo programa electoral figuraba explícitamente el apoyo al asturiano.
Y esto con unos estatutos universitarios en vigor, aprobados en 2010, que en su artículo 6 dicen:
2. La lengua asturiana será objeto de estudio, enseñanza e investigación en los ámbitos que correspondan. Asimismo, su uso tendrá el tratamiento que establezcan el Estatuto de Autonomía y la legislación complementaria, garantizándose la no discriminación de quien la emplee.
3. La Universidad de Oviedo promoverá, en el marco de sus competencias, las acciones que sean necesarias para la normalización y desarrollo de la lengua asturiana.
¿Cómo cojones va a ser la lengua asturiana objeto de estudio o investigación, si ni siquiera se puede usar en una tesis doctoral?
¿Cómo se entiende que se garantiza la no discriminación de quien la emplee, si tiene prohibido usarla para una tesis doctoral?
¿Qué marco de competencias tiene la Universidad de Oviedo, si no es regular sus propios estudios de doctorado? ¿Dónde pretende, entonces, promover la normalización y el desarrollo? ¿Qué tiene de normal esta situación?
No me gusta el victimismo, pero un reglamento como este consagra la prohibición, la exclusión, la proscripción, el desprecio, y lo hace con absoluta burla de los propios estatutos universitarios.
Me gustaría que alguien me explicase el motivo. La razón que hay detrás de esa exclusión.
Qué gana la Universidad impidiendo el uso de la lengua tradicional de Asturias. A quién perjudica ese uso, a quién se hace daño. Por qué en una tesis se puede usar el alemán, o el griego, o el maltés, pero no el asturiano. Qué poderosa razón hay para impedir a un ciudadano desarrollar una investigación y hacer avanzar la cultura, que es la razón de ser de una universidad.
Por qué, joder. Por qué.
Lo van a conseguir. Y lo van a conseguir con nuestra connivencia de ovejas.
Y algunos creerán que desmantelando su propia cultura, o como mínimo la de algunos de sus vecinos, y conculcando sus derechos, van a hablar mejor inglés. O mejor español.
Pero la culpa de lo que nos vaya mal será del Zapatero de turno. No de nuestra propia indigencia cultural y moral.