Hacer tu trabajo
Descansando un poco de los terremotos y los desastres nucleares (aunque si uno lo piensa, no tanto...)
Aquí hay una gente haciendo un trabajo de albañilería. La tarea consiste en esto que se ve aquí: cogen el bidón, la llana, lo que sea necesario, esparcen el cemento, lo alisan, y lo que tienen que hacer lo hacen, sin que haya nada espectacular. Tampoco buscan ser el centro de atención, ni presumen de nada: están trabajando. Hombre, si quieres mirar a la chica, o al chico, y fijarte en cómo le sienta la ropa, y alguno de los que salen en el vídeo te pone, eso ya es cosa tuya y de tus obsesiones. Pero esto no tiene nada de particular; es lo normal, y no les vamos a poner un monumento.
Aquí hay una persona haciendo un trabajo de periodismo. La tarea consiste en esto que se ve aquí: hace preguntas directas, las que podrían hacer los ciudadanos normales, con educación e intentando no ser partidista; el político intenta salirse por la tangente, ella lo ve, e insiste hasta que le conteste o se ponga en evidencia. Lo que tiene que hacer lo hace, sin que haya nada espectacular. Tampoco busca ser el centro de atención, ni presume de nada: está trabajando. Hombre, si quieres mirar a la chica, y fijarte en cómo le sienta la ropa, y te pone, eso ya es cosa tuya y de tus obsesiones. Pero esto no tiene nada de particular; es lo normal, y no le vamos a poner un monumento.
Y sin embargo, en este caso lo normal es algo absolutamente excepcional, y apetece ponerle un monumento a esta mujer.
Es como si sólo hubiera uno o dos albañiles en España que se agacharan a alisar el cemento, y todos los demás estuvieran bailando la lambada o contando chistes delante de los jubilados y pensando que eso es albañilería.
Pero el listón, el mínimo exigible, debería ser esto que se ve aquí.
Y los tontos españoles ¿de qué hablamos? Pues del pañuelo, claro.
5 comentarios:
La verdad que da gusto ver a una periodista poniendo en aprietos y lanzando dardos envenenados a un político con sus preguntas. Lo que no tengo claro es si a Zapatero (o a otros líderes occidentales) le preguntaría sobre la tortura en España, sobre las ventas de armas con las que se asesina a mujeres y niños en Oriente Medio y África, los privilegios que los Estados conceden a ciertas personas y empresas, la permisividad ante el fraude fiscal de ciertas personas, la ilegalización de partidos políticos opositores, etc.
Esa entrevista tampoco me la perdería, aunque no sé si alguna vez se hará y se emitirá.
Ojo, que tampoco me gustaría que se pensara que el trabajo de un periodista es destacar por ser borde, partidista o lanzar dardos... Ese es un error muy común, e insisto en que no deberían ser protagonistas. Yo no creo que Pastor sea tan, tan, tan incisiva; simplemente, hace preguntas lógicas, da al entrevistado la oportunidad de explicarse sobre los asuntos, y si escurre el bulto, intenta reconducir la situación. No creo que su objetivo sea acorralar, ni deba serlo. Lo que hace es lo normal, debería ser una periodista más; destaca, desgraciadamente, porque nadie hace lo normal.
Respecto a Zapatero, ya lo entrevistó a principios de este año, y no se cortó un pelo. Eso sí, a un presidente hay un millón de cosas que preguntarle, el tiempo es finito, y el contexto es el que es, así que no sé si le preguntó por la venta de armas, habiendo tantos asuntos domésticos. Pero me parece que no tendría ningún problema en hacerlo.
Pastor no es perfecta; en su blog no escribe de manera nada cuidada, y hoy va a salir en Buenafuente (y eso me mosquea). Pero en fin, dado el nivel general, ojalá empiece a copiarle mucha gente.
Yo no tengo tan claro que no tuviera problema para preguntarle por temas más espinosos que la economía.
Con Ahmadineyad no le faltó tiempo para sacar algunos de los trapos más sucios, y eso que su entrevista duró la mitad que la que le hizo a Zapatero.
De todos modos viendo cómo está el panorama es de agradecer que se hagan entrevistas así. Simplemente me queda la espina de que eso nunca vaya a ocurrir en Occidente. Aquí los opositores ilegalizados son claramente terroristas o amigos de terroristas, pero allí si se dice lo mismo es sólo una excusa para justificar su totalitarismo.
Saludos.
Me pareció muy interesante esta otra crítica a la entrevista: http://aixi.wordpress.com/2011/03/16/asi-le-luce-el-pelo-a-ana-pastor/ Échale un ojo, a ver que te parece (aunque habiéndote leído, me parece que no vas a estar muy de acuerdo...)
Gracias por el enlace, Manolito. Me ha parecido interesante, efectivamente.
Sobre el contenido, qué quieres que te diga. Primero: si es guapa es cuestión de gustos, pero en todo caso no es culpa suya ni puede ponerse careta. Fin de esa parte de la discusión.
Segundo: de momento no la he visto ir de diva. Puede que lo acabe haciendo, pero hasta la fecha, la única manera de ser menos diva, o menos guapa, sería no salir. No la he visto hablar de sí misma como el Calleja este de las aventuras. Y la he visto decir que no debería ser la protagonista; ya, una cosa es decirlo y otra creerlo, pero al menos lo dice. Hace muchos años que ningún periodista estrella lo dice.
Tercero: ya he dicho que no es perfecta, como nadie lo es. Es una periodista occidental de un medio occidental y con una percepción occidental. Pero yo no creo que buscara que Ahmadineyad contestara lo que ella quería; quería enfrentarlo con determinadas acusaciones, que se hacen contra él (no se las inventa ella) y que se defendiera, pero aludiendo a esos argumentos. Sobre la homosexualidad, este hombre dice que lo dejó escapar y pasó de puntillas: al contrario, ahí contestó más o menos "es nuestra ley, meteos en vuestros asuntos". Está contestado con claridad: ya se ha visto que es un cafre y que no considera personas a los homosexuales, ¿para qué insistir?
Sobre que Ahmadineyad es listo, vamos, no creo que nadie lo ponga en duda. No creo que puedas estar donde él si no eres un cabrón redomadamente listo. Ni creo que Pastor pretendiera quedar como más lista que él. Lo ha puesto frente a determinadas preguntas, y ha intentado que quedasen claros sus argumentos (de él) frente a las mismas.
Sobre si se pueden hacer otras preguntas mejores, o sobre si las intenciones de Pastor con un pañuelo son unas u otras, es una discusión bizantina y una pérdida de tiempo.
Y conste que no "endioso" a Ana Pastor. A veces lo hará bien, a veces meterá la pata. Pero varias veces ha hecho lo que no hace nadie y debería ser normal (ya no hace falta ni entrar en si lo hace perfectamente o no, porque no tiene ni competencia).
Publicar un comentario