Texto en español Se lo merecen

En 2003, en cierto país bananero que sólo tiene Constitución de determinadas puertas para afuera, se irrumpe en casa de una serie de personas, se las detiene, se las lleva encapuchadas a la capital, se cierra el periódico en el que trabajaban. El cierre cautelar de un periódico no existe; es como "tener cautelarmente" a un pez fuera del agua. En muy poco tiempo, se muere. Aquí, el "poco tiempo" serían 7 años hasta llegar la sentencia.

Estas personas permanecen varios días incomunicadas. Según su testimonio, fueron torturadas, y se les pidió que firmasen documentos sin la presencia de su abogado.

Algunas de estas personas denunciaron públicamente esas torturas. El ministro del interior de ese país presentó una querella contra ellos por hacerlo. Esa querella fue archivada. Nunca más se supo ni de una cosa ni de la otra.

En 2006, el ministerio fiscal de dicho país retira las acusaciones, porque no tienen base. Sin embargo, ciertas asociaciones políticas mantienen la acusación (la ley de ese país, aparentemente, lo permite) y el proceso sigue adelante.

Y termina con la absolución. No hay pruebas de ninguna de las acusaciones. Nada de nada. Bueno, sí. Hay un periódico cerrado, una empresa destruida, unos trabajadores en la calle, unos detenidos con la vida destrozada, privados de sus papeles y archivos, aparentemente torturados y humillados, sometidos a la pesadilla de un juicio durante siete años, y encerrados 6 de ellos en la cárcel, sumando entre todos 47 meses de estancia.

No es Venezuela, no es Cuba, no es Corea, no es China. Es España. Bueno, eso nos dicen desde pequeñitos, que es España. El periódico es el Euskaldunon Egunkaria, y el ministro de interior que si denuncias torturas lo considera una prueba de que eres de ETA, es Ángel Acebes. Las asociaciones que sañudamente ejercen la acusación popular contra gente inocente son la AVT y una tal asociación Dignidad y justicia. Por cierto, ¿puede continuar una causa cuando sólo hay acusación popular? Depende. Parece ser que si el acusado es Emilio Botín no. En este caso, sí.

Se parte de la simpleza de que el que tenga algo que ver con alguien que tenga que ver con alguien que no le guste a Aznar es terrorista, y se llega a una sentencia absolutoria. Por el camino, el atropello a personas inocentes. La AVT debería ser sensible a este tipo de abusos, pero parece que no.

Ahora, se dice que el Estado podría tener que indemnizar con 60 millones de euros a los procesados.

Si es verdad la mitad de la mitad de lo que cuentan aquí o aquí, y me temo que sea verdad bastante más que la mitad de la mitad, se merecen ese dinero.

Lo que pasa es que deberían pagarlo la AVT y Dignidad y Justicia.

Porque con algunas cosas no se juega.

2 comentarios:

Mafias dijo...

Ya que estoy de visita, aprovecho para comentar, que veo que no tienes muchos comentarios últimamente y seguro que te aburres :-P

Pase por delante mi antipatía por ese ala dura del PP, mi enérgico rechazo a que legalmente se consideren peligrosas a meras ideas, que la pena de banquillo es muy muy jodida de por sí, y etc etc.

Pero creo que puedes estar pecando de lo mismo que pecan la AVT, dignidad y justicia y el PP, que es no ver más allá del odio y quedarte con la versión que más -o menos- te gusta.
Igual meto la pata porque no me he leido a fondo los enlaces, pero se me ocurre que por lo mismo que un tribunal dice que estos fulanos son inocentes (o para ponernos técnicos, dice que no se ha probado que sean culpables), y tú te lo crees porque confías en el estado de derecho como un poder fáctico separado del ejecutivo, tampoco se ha probado en ningún tribunal que existieran esas torturas que denunciaron. Sin embargo tu te crees 'la mitad de la mitad', y no te crees que sean culpables de 'la mitad de la mitad' de lo que les acusaron en su día.

No lo sé. No conozco el caso, no puedo opinar con propiedad. A lo mejor simplemente eran reporteros normales y corrientes, que estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado. Pero al igual que tú te crees que algo ha pasado entre la policía y los jueces muy irregular, prácticamente acusándolos de corrupción y torturas, yo creo que estos inocentes y puros trabajadores no cuentan ni todo lo que pasó, ni tal y como pasó, y que -dentro de lo que cabe, claro, puesto que bastante han pagado de más ya- han tenido bastante suerte y han salido libres, y con una indemnización del carajo (posiblemente). Es más de lo que pueden decir muchos, probablemente en casos peores...

Guti dijo...

No creas que me aburro, esto del blog es pensar en voz alta y lo hago sin poder remediarlo... Pero las visitas, bienvenidas son :-)

Creo a estos fulanos porque he leído lo que dicen, y lo encuentro bastante verosímil. Los creo porque no son los primeros en decir cosas así, porque no es la primera vez que se demuestra, porque normalmente este tipo de cosas no son fáciles de demostrar ni suelen demostrarse en ningún sitio, porque en España hay algún "profesional" de esto que incluso fue condecorado, porque también hay más de un torturador condenado por ello (con lo raro y difícil que es) que fue indultado, porque tanto la ONU como AI han dicho que las leyes españolas y los protocolos de actuación efectivamente permitirían que hubiera casos de tortura impunes, porque por lo visto los detenidos de Egunkaria decían la verdad en todo (¿salvo en lo de las torturas, entonces?).

Y también porque he visto actuar a la otra parte: porque se considera que independentista es igual a etarra, que euskera es igual a indepentista y a etarra, porque el fiscal dijo hace cuatro años que no había caso, porque he visto muchas veces los delirios de la AVT, y porque a Dignidad y Justicia no los conozco mucho, pero he visto que su única misión en la vida (declarada por ellos mismos) no es conocer la verdad ni que se haga justicia ni que haya dignidad, sino personarse en una serie de juicios (varios de ellos con muy poca base legal) y presionar para que haya sentencias condenatorias. La caza de brujas ni es digna ni justa.

Viendo los indicios que me ofrecen las dos partes, en este caso me inclino a creer a los detenidos, que además son INOCENTES. No por lo que se dice sobre unos y otros, sino por lo que han dicho y hecho unos y otros.