Oradores: Tardà
Estoy oyendo en directo el Pleno del Congreso de los Diputados.
Es verdaderamente triste el nivel personal de nuestros políticos, pero es aún peor comprobar cómo la mayoría de ellos ni siquiera dominan su oficio. La parte puramente técnica de eso a lo que se dedican.
Estoy escuchando una intervención de Joan Tardà, de pie en la que quizás sea la tribuna más importante de España, donde seguramente deberían intervenir los mejores oradores.
Es una verdadera tortura escuchar a este tío. Duele al oído. Y es imposible saber qué carajo está diciendo. Titubea, da rodeos, repite, se traba, se enrolla, se mete en unos jardines de campeonato, y resulta hasta desagradable.
A Rubalcaba se le puede tachar, sin duda, de muchas cosas. Pero ahora le está contestando... y es un poco distinto, por así decir. Ojalá Rubalcaba marcase el nivel mínimo de oratoria en la política española (que no sería mucho pedir).
Supongo que un problema para eso es que el lenguaje y el pensamiento, en cierta medida (no siempre, y no al cien por cien, pero en cierta medida), van conectados.
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