Subastar la virginidad
Se levanta uno de mala leche de por sí, y tiene que ver cómo todos los telediarios cuentan la estupidez de que una chiflada norteamericana subasta su virginidad en Internet. Entiendo que significa que se acostará con el mejor postor.
Lo primero que pienso es en la insistente conducta de los programas de informativos, que son poco más que anuncios encubiertos. Hacen publicidad de empresas y productos. Y en este caso hacen una tremenda publicidad gratuita del negociete de esta mujer.
Lo segundo, que una subasta como esa siempre ha tenido un nombre. Se llama prostitución. La vendedora es básicamente una puta. No pretendo ser peyorativo, sino descriptivo. De hecho, siento bastante respeto por las personas que ejercen esa antigua profesión y tengo opiniones peculiares sobre su dignidad, mayor que la de muchos periodistas, políticos y... [voy a parar ahí la enumeración, que me enciendo]. Lo que me molesta es que no llamen las cosas por su nombre. Sexo a cambio de dinero es prostitución, pero a esta en vez de puta la llaman "una joven" y "virgen".
Más tarde, actualizo: resulta que al parecer eBay ha suspendido la puja, y esta se ha trasladado a una página web de... un burdel en el que trabaja la hermana de la prota. Si es que no puedo ver nada, que siempre me chafo el final yo mismo. Pero qué poco desencaminado iba.
La tipa dice que ha acabado una licenciatura en "Estudios de la mujer" (¿?) pero que quiere seguir para titularse en "matrimonio y terapia de familia". Algo así como si "el solitario" quisiera sacarse un título en negociación y resolución de conflictos, vamos.
Me importa un bledo cómo consiguen dinero para sus estudios estas dos hermanas. Pero me pone enfermo la atención que reciben.
Hoy mismo estoy seguro de que miles de niñas diez años más jóvenes que esta han vendido su virginidad por menos, y no precisamente para tener oportunidad de estudiar. Pero una norteamericana excéntrica y gilipollas merece toda nuestra atención, cómo no.
Somos una provincia de mierda. (España, digo).
1 comentario:
- ¿Se acostaría usted conmigo por un millón de dólares?
- Por supuesto, ¿ quién no lo haría ?
- ¿ Y por cinco dólares ?
- (indignada) ¿¿¿¡¡¡ Pero qué se ha creído usted que soy !!!???
- Eso ya lo habíamos determinado, ahora ya sólo estamos negociando el precio.
( Groucho Marx )
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