Texto en español Militares, curas y periodistas

Militares. No es la primera vez que al defenderse queda alguien en evidencia. "No, señoría, yo no pego a mi mujer, sólo alguna bofetada de vez en cuando para que se porte bien". Pues algo así ha hecho Mariano Casado, secretario general de la Asociación Unificada de Militares Españoles, si es verdad lo que publican los periódicos. Dice el tipo este, ante el filtrado del acceso a páginas de ciertos tipos que al parecer han instaurado en las redes del Ministerio de Defensa, cosas como que:

todo lo que sea poner filtros o censuras a los militares no tiene justificación, ya que el acceso a Internet tiene que ser libre para todo ciudadano


Pero este hombre, ¿se creerá de verdad lo que dice? Dice el periódico además que Casado se ha mostrado a favor de establecer unas normas claras de uso y que después se actúe contra quien las incumpla. Pero esa cagarruta de argumento que le ha salido por la boca, ¿no es exactamente igual de aplicable para un filtro que para una norma que prohiba el acceso? Si de verdad esos son sus argumentos, la conclusión es que no se puede ser más zoquete. Y si pillan a un soldado de guardia que en vez de estar en su garita está en el bar leyendo el periódico, dirá que le coartan su derecho a la libre circulación y su derecho a la información. Hay que joderse.

Mira, Marianín. Yo estoy radicalmente en contra de que se espíen las comunicaciones de los empleados; pero no de que se les corten accesos o se les cierren puertos P2P, igual que no estoy en contra de que se retire cualquier cosa que sea innecesaria o contraproducente para su trabajo. Se da censura cuando el propósito es que no accedas a cierta información (los militares tienen cierta tradición de entender de esto). Un filtro que impide acceder a ciertas páginas de ocio en horario laboral no es censura, es quitar algo que estorba, o que en cualquier caso uno no necesita.

Curas. Vamos a ver. La sociedad civil, a mi modo de ver (y es una idea más vieja que la tos), es una forma de organización que busque la máxima felicidad para los ciudadanos, y que se base en preceptos asumibles por todos. La ciencia, por ejemplo, se fundamenta en hechos repetibles y observables por cualquiera (los procesos administrativos se documentan y publican por el mismo motivo). La religión, no. La primera libertad religiosa tiene que ser la libertad de no creer, por muchas razones: por higiene intelectual, pero sobre todo porque protege por igual (quizá más aún) al creyente que al no creyente. Sin la libertad de no creer, cabría decretar que los católicos pasaran a ser musulmanes. Así que el laicismo institucional es una salvaguarda fundamental de los derechos religiosos.

En un hospital tienen cabida los criterios médicos (es decir, científicos) y los criterios éticos (recogidos en las leyes que, en una sociedad civil, permiten distinguir el bien y el mal). Pero los criterios religiosos son aplicables exclusivamente a quienes libremente se adhieren a ellos. Un criterio legal o médico puede ser asumido por todos (si no, no hay ninguna salida para vivir en sociedad). Un criterio religioso, sin embargo, no tiene absolutamente ninguna influencia (ABSOLUTAMENTE NINGUNA) en las personas que no manifiestan libre y explícitamente su voluntad de someterse a ellos.

Así que a mi modo de ver no es que no haya motivos suficientes, es que DE NINGUNA MANERA puede haber un representante de ninguna religión en un comité de ética de un hospital público, excepto que esté allí para tratar el caso concreto de un paciente que haya manifestado explícitamente tal deseo. En los demás casos, no creo que deba tener voz, voto ni presencia de ningún tipo.

Así que algo como esto me parece totalmente inadmisible e inconstitucional. Si algún día me veo en la situación de que algún comité de ética trate mi caso, manifiesto desde ya mi negativa más enérgica a que allí intervenga nadie en calidad de representante o adepto de ninguna fe religiosa, o de que cualquier miembro utilice cualquier tipo de argumento religioso. Independientemente de mis creencias, que me guardo para mí; pero sobre mis pecados o mi relación con el Altísimo decido yo.

Periodistas. Seguimos haciendo limpieza. Pedro Erquicia sobra. Vale, que sí, que al parecer no se va por el ERE. Pero el caso es que gracias a nuestros dirigentes tenemos una televisión española que no era buena, y que poco a poco se va convirtiendo en una absoluta mierda.

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