Texto en español Posturitas

Padre, lectores, necesito confesión. Me muero de ganas de meterme en la oscuridad debajo de una tonelada de madera para, rodeado de hombres pegados a mí y mientras soporto el peso (porque si flaqueo me descoyuntaré la espalda), frotarme disimuladamente contra una mujer sudorosa y dolorida. Además, me gustaría que estuviéramos en público, ocultos de la vista de una multitud en sobrecogedor silencio por una exigua tela.

Pero la cosa no acaba ahí. Necesito que entre la multitud haya encapuchados y gente con símbolos religiosos. Y no me basta, no puedo parar: necesito que sobre mí haya imágenes religiosas, exquisitas tallas policromadas. Me pongo cachondísimo sólo de pensarlo, vamos.

¿Soy un enfermo? ¿Soy un degenerado? Pues lo mío puede parecer (y es) una broma de dudoso gusto, pero resulta que al parecer el delegado diocesano de hermandades y cofradías de Córdoba y el hermano mayor de la cofradía se lo toman muy en serio, hasta el punto de prohibir a dos mujeres ir de costaleras (ya decía yo hace poco que la Iglesia está pendiente, para sus condenas, sólo de cosas importantes). Me gustaría decir el motivo, pero es que no lo entiendo muy bien; no sé si es por los costaleros, si es por lo que dirá la gente, si es porque lo sabe Ratzinger y no le gusta, o qué.

Dice el delegado diocesano de marras que no se trata en absoluto de una discriminación de género, sino que es una cuestión de tipo técnico y de sentido común porque el que conoce lo que hay debajo de un paso sabe que hay muy poco espacio y es una situación incómoda.

El sentido común me dice a mí tres cosas. Primero, que el que conoce lo que hay debajo de un paso (tengo mis dudas de de que el delegado diocesano haya intentado levantar siquiera un solo tarugo de madera) dudo que tenga mucho tiempo ni ganas para pensar en milongas que vayan más allá de no flaquear, no tropezarse ni desarmarse las vértebras (las suyas y las de los que tiene alrededor).

Segundo, que los que van debajo del paso y saben mejor que nadie lo que hay allí parece que están en contra de esa decisión. (¿Si serán degenerados, los tíos?)

Tercero, que el sentido común de la gente, incluso de la más salida y calenturienta, dudo que hasta ahora se haya detenido a considerar las posturitas y las juergas que tienen lugar debajo de un paso de semana santa mientras los costaleros (¿y costaleras?) lo sostienen a duras penas.

Pero menos mal que tenemos el atinado juicio y la virtud atenta del delegado diocesano y otros personajes como él para evitar que tengamos malos pensamientos.

Aunque, visto lo visto, casi es una lástima que no se dediquen precisamente a lo contrario, a buscar ideas nuevas, porque creo que serían realmente buenos.

2 comentarios:

Rochgs dijo...

¡Ta-chin. Parapa chin. Ta-chin. Parapa chin!!

- Uno... Dos... Uno... Dos...
- ¡Hey! ¿¡Quién me ha tocado el culo!?
- ¡Coñe! ¡Indalecio! ¿Pero ahí no iba la Juani?
- Uno... Dos... Uno... Dos...
- Seras animal... La juani va en el segundo puesto de la derecha.
- ¡Hey! ¡De eso nada! ¡Que aqui estoy yo!
- Uno... Dos... A ver... Ese ritmo...
- ¡Leñe! El Choni.
- El mismo. Y al que me toque le arreo una patada en la espinilla que va a parecer que la imagen va bailando la conga.
- Uno... Dos... A ver... ¿Que pasa ahí detrás?
- Pero entonces, al final, la Juani ¿viene o no?
- No, al final dijo que iba de nazareno, que aquí abajo a los los diez minutos oleis todos a tigre que es un horror.
- Uno... Dos... ¿A que jugamos ahí detrás?
- Pues es una pena, por que esta bien bu...
¡Placa!
- ¡Hay!
- ¡Emerio! ¿que te pasa?
- Uno... Dos... Que zozobra...
- ¡Me cago en mi sombra! ¡Que me acaba de atizar un nazareno!
- Sera la Juani que tiene una mala h...
¡Placa!
- Uno... Dos... ¡A ver, leñe! ¡Que hasta la imagen se ha agarrado al marco con cara de acojono!
- ¿Te ha cascado a ti también?
- No, a mi me ha cascado el Restituto.
- Uno... Dos...
- Por blasfemo, que estas debajo de una imagen.
- Bueno, pero al final ¿hay alguna mujer aquí o no?
- Uno... Dos... Uno... La Flora esta en la última posición de la izquierda... Dos...
- ¡Mi manto! ¡Cualquiera se arrima a esa!
- ¡Pero no seas animal, que es la mujer de este!
¡Plas! ¡Plas!
- ¡Hay! ¡Hay!
- ¡Coñe Marcelo, tranquilo! Y tu Rufo, sigue con el ritmo que nos perdemos.
- Nah, si ya da igual. La imagen ha dicho que se va en taxi. Y que el año que viene, o le llevan solo mujeres o vamos a sacar al gordo de Cruzcampo...

Guti dijo...

Muy bueno XD