Texto en español Resucitar la prensa

Arreglar el mundo es esa pequeña obligación cuya asunción nos convierte en ciudadanos y nos diferencia realmente de los esclavos. Y no es gratuito calificarla de pequeña, además, porque mientras sea pequeña, individual, un grano de arena que se sume (o no) a otros, estaremos haciendo algo bueno. Ojalá nunca veamos a nadie más que sienta la obligación de arreglar el mundo a lo grande, y encima encuentre los medios para intentarlo.

Puestos a arreglar el mundo, pocas cosas me preocupan tanto como la demolición a que se ha visto sometida la profesión periodística. Creíamos que sólo los regímenes totalitarios anulaban la prensa. Creíamos que la Unión Soviética era el paradigma de la manipulación y el doblepensar, con aquellos fracasos estrepitosos convertidos por arte de Pravda en récords de productividad. Pero resulta que, de tan libres que creemos ser, no nos hemos dado cuenta de lo que ocurría ante nuestras narices. Hemos jaleado a quien nos decía lo que queríamos oír. Y se han crecido, y ahora nos utilizan como a peones (y voy a contenerme para no hacer un chiste amargo).

Pues claro que el reparto del poder pone en funcionamiento las actitudes más rastreras, pues claro que la división clásica de poderes es un problema no menos importante que el ocaso del periodismo a sueldo. Pero quizás podríamos luchar contra los vicios de jueces, gobernantes o legisladores si tuviéramos a qué enfrentarlos, un referente respecto al cual pudiéramos avergonzarlos. Y el mejor referente sería la verdad. Y la verdad no podemos conocerla sin la ayuda de los periodistas.

Y hoy en día, con su ayuda tampoco.

Y nuestros próceres saben que da igual lo que hagan, porque dentro de poco lo habremos olvidado, y si intentamos recordárselo, en lugar de afrontar su responsabilidad dirán -como si hubiera que agradecérselo- cosas como "Nosotros no nos quedamos anclados en el pasado, sino que encaramos los retos del futuro", y nuestro hábito -¡tan arraigado!- de no diferenciar verdades de mentiras y de consumir sin rechistar cualquier bazofia verborreica nos paralizará sin responderles lo que merecen.

Pensando en todo esto, me doy cuenta de que últimamente reservo mi crédito para lo que leo de otros ciudadanos. En toda la grandeza de esa palabra; esa gente que escribe blogs y afronta en ellos la pequeña obligación de arreglar el mundo, de manera tan honrada y recta como sean capaces. Esa gente que tiene un triple compromiso: con ellos mismos, con sus semejantes, y con la verdad.

Eso de que la verdad o la objetividad no existen es un cuento chino. No siempre existe la verdad absoluta, ciertamente (y si no que se lo pregunten a Kurt Gödel, Alonzo Church y Alan Turing). Pero no es cierto que todo sea indemostrable, que todo pueda ser verdad o mentira. Leyendo lo que otros escriben, a veces percibo que es una mera opinión, a veces compruebo que no puedo formarme la mía, y a veces veo que es, lisa y llanamente, verdad, y que se nota, porque se citan fuentes, se argumenta, se razona y, en una palabra, se piensa.

Me parece que la única esperanza para que el periodismo escape del estercolero en el que está enterrado es la iniciativa civil. La única opción que nos han dejado es crear unas Wikinoticias. Los medios de comunicación están llenos de gente que se considera periodista, pero sabe perfectamente que ha traicionado la naturaleza de esa profesión (basta ver en qué se ha convertido últimamente Pedro Piqueras). Los máximos exponentes de este expolio son al Periodismo lo que Josef Mengele a la Medicina. Llegados al extremo de este desierto informativo, estas ruinas de lo que fue la garantía más importante de la democracia, cualquier cosa es mejor que la intemperie. Y los ciudadanos independientes (algunos de ellos periodistas, otros no) harán, sin duda, un papel mucho mejor que los periodistas presos en esa picadora de carne (y de vocaciones) en que se han convertido los periódicos y las televisiones y las radios. Ciudadanos que no cobrarán por informar, que escribirán sus artículos más tarde que los periódicos, cuando lleguen a casa, pero que lo harán con un mínimo de deontología. Yo leería gustoso las noticias con días de retraso, si supiera que lo que voy a leer se ha escrito con un cierto sentido del pudor, de la decencia y del respeto al lector.

De hecho las wikinoticias ya existen. Pero no funcionan adecuadamente. No es que sean más lentas que los periódicos, es que no hay suficiente actividad en ellas. El proyecto afronta, por su propia naturaleza, problemas de gran importancia: el ruido, la distorsión inherente a la transmisión de la información... pero esos me preocupan en segundo lugar. El tremendo grado de tergiversación que hoy en día interponen entre la verdad y los lectores los propietarios de estos medios deja los problemas técnicos de teoría de la información en algo meramente anecdótico. Veo mayor dificultad en el hecho de que unas wikinoticias no son (no son sólo) trabajo acumulable como la Wikipedia, y quizás no sea viable conseguir de los voluntarios el volumen de actividad que se necesitaría. Sería maravilloso ir construyendo el expediente de cada noticia y siguiendo su evolución de manera acumulada, pero no se podría soslayar la necesidad de actualizarla día a día. Y eso ya es más difícil.

Quizás sólo sea cuestión de tiempo, y quizás los voluntarios tengan en la difusión de la información periodística un papel parecido al que la Wikipedia ha tenido en la difusión de la cultura. No sé si puede funcionar. Pero al principio también parecía imposible suplir a un ejército de enciclopedistas profesionales con algo tan simple como buena voluntad, solidaridad y trabajo gratuito, fuera del sacrosanto e imprescindible sistema empresarial.

Mientras tanto, habrá que consumir la paciencia y mantener la esperanza releyendo cualquier código deontológico periodístico y recordando cómo deberían ser las cosas, igual que de vez en cuando conviene releer esa Constitución hacia la que algunos dicen (ja) profesar fe y fidelidad absolutas. Contrastar un código deontológico con los periódicos que leemos puede ser un excelente ejercicio. Quizás no averigüemos la verdad, pero enseguida sabremos cuándo nos están contando una mentira.

Bufff... No he sido breve, no. Pero es que yo no tenía ninguna presión por "dar paso a la publicidad".

9 comentarios:

boronat dijo...

A ver una propuesta un poco loca.

Pongamos un sueldo para un periodista en Asturias de 1500 euros mes.

Si nos ponemos de acuerdo 150 personas y le pagamos cada uno 10 euros al mes le contratamos como ciudadanos (montamos una asociación y le contratamos). Las condiciones: periodismo independiente, artículo diario, con algún criterio general de trabajo, centrado en una ciudad.

Había una web para este tipo de historias de "sólo no lo haría pero si somos 150 sí".

Me dejo gastos de funcionamiento, lo sé. Y eso generaría muchos problemas de gestión, pero oye, todo se puede arreglar.

Rochgs dijo...

El sistema wiki no es la única alternativa. O, mejor dicho, si lo es pero con un enfoque más amplio.

La proliferación de blogs ha convertido todo Internet en un gran wiki donde pueden encontrarse y contrastarse información de primera mano.

No se me escapa que el tamaño actual de Internet impide usar este nuevo wiki de manera adecuada. Pero precisamente para eso esta la Web Semántica (si, sirve para algo).

El problema parece ser que la visión general dominante vincula la Web 2.0, únicamente, con blogs y CSS, dejando de lado el que puede ser futuro de Internet y de la sociedad.

Herel dijo...

La verdad es múltiple, hay una verdad por cada persona. Y a este respecto, internet ha acabado con el monopolio de los grandes medios para la difusión de la información. En cuanto -dentro de internet- intentamos concentrarnos en grandes portales informativos, podemos caer en la misma trampa: convertir lo múltiple en único, volver a crear privilegiados y monopolios, y por tanto leer una verdad única.
Las wikis están bien como medio de información alternativo y libre, pero no están exentas de criterios personales... de criterios de varios... pero no de todos.

Poner de acuerdo a mucha gente para que piense una sola verdad es engañarla, convencerla, llenarla la cabeza vacía con nuestras ideas. Hay verdades que son absolutas: "Fulanito ha hecho esto" pero rara vez se presentan asépticamente, sino que van acompañadas de connotaciones que son cruciales de cara al juicio sobre un hecho, y de ahí que concentrar la verdad suponga dar prioridad a una forma de entender la misma en detrimento de las demás.

Tan importante puede ser la forma de contar la verdad, que:
"Fulanito se ha caído de una tapia borracho"
puede convertirse fácilmente en:
"El pobre Fulanito se ha caído de una tapia por culpa del malvado y condenable Menganito que no le ató con una cuerda, ni le puso una cama elástica debajo, ni comprobó que Fulanito estuviera sobrio, ni que no fuera un patoso ni un irresponsable respecto a su propia seguridad."
o en :
"Fulanito ha sido víctima de Menganito,¡Todos contra Menganito! ¡que pague! ¡que se haga justicia!".

No tan exagerado, pero... ¿Cuál es la verdad?

Guti dijo...

En primer lugar, tengo que agradecer con toda humildad y sorpresa que haya quien lea un ladrillo como el que he escrito :-)

La propuesta de boronat no me parece tan loca. No lo había pensado. Ciertamente, hacen falta más periodistas que uno... y es muy, muy difícil y costoso conseguir cierta información (no podríamos tener enviados especiales a Sri Lanka o a Nicaragua). Pero no es ninguna tontería. Sí, definitivamente pagaría 10 euros al mes (y más) por "salvar a un periodista" que encima me tendrá informado. Su trabajo podría reducirse a lo que no hacen los que publican: contrastar, verificar, comprobar y puntualizar.

Lo de roch también me parece interesante, aunque lo veo aún más difícil que lo de los 1.500 euros :-) ¿Qué categorías semánticas permitirían distinguir un artículo razonado de un panfleto partidista? No obstante, también es para pensárselo.

Herel: todo lo que dices es cierto y estoy de acuerdo :-) pero tú mismo te has contestado. "Fulanito se cayó de la tapia, Fulanito estaba borracho" al menos son hechos, verificables, que todos podemos vernos obligados a aceptar. Digamos que no creo en la verdad absoluta, pero "Fulanito se cayó de la tapia, Fulanito estaba borracho" es objetivamente más cierto que las otras dos versiones. Por hacer un símil, termodinámicamente es imposible aprovechar toda la energía en un proceso, pero desde luego que hay procesos más eficientes que otros, e incluso se puede medir. Que el 100% de eficacia sea imposible no está reñido con que el 90% sea "más eficaz que" el 50%. La Wikipedia no es, seguramente, 100% imparcial (eso no existe), pero es infinitamente más imparcial que, por ejemplo, Libertad Digital. Las guías de contenido de Wikipedia, y el sistema de discusión, ha funcionado razonablemente bien.

Rochgs dijo...

«¿Qué categorías semánticas permitirían distinguir un artículo razonado de un panfleto partidista?»

Mi propuesta no es que los ordenadores puedan distinguir buenos de malos artículos.

Sino que el acceso fácil, ordenado e informatizado a toda la información que publican los ciudadanos en Internet, nos permita sacar nuestras propias conclusiones contrastadas sobre la noticia.

En pocas palabras: se puede inducir un medio, a un sector de gente o a la mayoría. Pero no se puede hacer con todos los ciudadanos: la blogosfera es incorruptible.

Anónimo dijo...

Es increíble , creía que sólo se buscaba la verdad absoluta a través de la fe irracional pero resulta que está surgiendo un ultrarracionalismo entre personas inteligentes (pienso de verdad que lo sois)que en el fondo no se diferencia mucho de cualquier confesión .Cuando tengáis la verdad absoluta (objetiva , mesurable y contrastable) de un hecho (que habrá sido producto de la interacción de multitud de factores ) ¿que haréis con ella?.
Nada.
Sobran jueces y faltan verdugos .Buscamos una vara de medir , y no nos damos cuenta de que lo difícil no es medir , si no corregir las desviaciones de la medición , es decir , hacer justicia.
A lo mejor por eso escribimos , para hacer justicia poética , que no es poco.

Anónimo dijo...

¿Qué es peor ultrarracionalismo o el relativismo puro?

Guti dijo...

Ayer contesté a anónimo, y blogger dijo que todo bien, y resulta que hoy veo que mi respuesta no está.

Dije solamente que:

Es increíble , creía que sólo se buscaba la verdad absoluta a través de la fe irracional

Error. Dije repetidamente (e insistiré otra vez en ello) que no hablo de ninguna verdad absoluta. Quita el "absoluta", que yo no lo he usado ni lo pretendo. Es sólo que hay cosas que son verdad y hay cosas que son mentira. Y muuuuchas otras más que son discutibles. Digamos que lo que pretendo es buscar la mayor parte posible de verdad, lo más cercano a la verdad, la parte de la verdad que sea cognoscible, o dilo como quieras.

Que la teoría de la Relatividad está muy bien y es correcta, pero en la vida diaria no dudamos en usar las leyes de Newton. Que todo sea relativo no me impide saber a qué velocidad voy en el coche, aunque técnicamente sea imposible saberlo en términos absolutos.

Rochgs dijo...

Mira anónimo, te voy a poner un ejemplo:

Tu comentario carece de sentido en el contexto en cuanto que parte de una base inexistente que asegura como real.

Vamos, que nadie ha defendido la postura contra la que tu argumentas.

Pero te llevas triple tanto de palabra por usar "ultraracionalismo" (¿como se puede ser mas racionalista que el racionalismo?) y por la movida poética del final.