Juande Ramos, qué penita
No conocía a ese asno llamado Pepe. Pero después de oir a Juande Ramos explicar cómo las coces no iban dirigidas sino al aire (supongo que también el pellizco, el rodillazo, el pisotón, el otro pisotón y el puñetazo también iban al aire) me parece que aquella vez que habló con juicio fue un espejismo. Será la camiseta esa, que transforma a la gente, no lo sé.
6 comentarios:
Bueno, no sé... A mí Juande siempre me ha dado una buena impresión. Si ha tratado de justificar lo injustificable, imagino que probablemente lo ha hecho por un cierto sentido del deber profesional; sobre sus espaldas estaba tratar de actuar con mano izquierda para evitar que el perjuicio de la burrada que hizo ese hombre perjudicase excesivamente al club para el que trabaja. No es seguramente un ejemplo ético por antonomasia, pero son esas circunstancias en que mi propia conciencia me llama a decirme: Sergio, no tires la primera piedra, ¿ o acaso puedes decir tú que estás libre de pecado y que nunca has faltado a una honradez acrisolada en lo más mínimo por evitar perjuicios a la empresa para la que trabajabas? Lo que sí está claro es que actitudes como la de Pepe deben ser erradicadas del ámbito deportivo... No tienen cabida en ningún aspecto de la vida, pero en el Deporte, menos que en ningún sitio. Sin olvidar que todos nos equivocamos alguna vez, aunque en este caso no parece que el eficacísimo pateador, no de la pelota, sino de un ser humano, esté sinceramente arrepentido, sino lo justo y necesario para haber intentado que colase como atenuante su arrepentimiento.
P.S.: Por si a alguien le interesa para valorar mis posiciones, soy inequívocamente culé desde la época de Cruyff y Rexach (desde su época de jugadores, me refiero, claro).
Yo, por seguir fiel a mi espíritu de llevar la contraria, no me parece tan terrible lo que hace Pepe.
Se cree víctima de una injusticia (hay mucho piscinero suelto), y se le va la pinza y le recrimina al supuesto teatrero (que penalty es, pero no para morirse en el suelo).
Lo que pasa después, pues eso, se le va la pinza, pero:
- Las patadas que lanza si de verdad quiere agredir le dan pero bien (que el tío este no es un tuercebotas, y es más fácil acertar de pleno a un cuerpo en el suelo que a un balón en movimiento, y Pepe apenas roza al susodicho).
- Lo del pellizco y la rodilla, pues bueno. Que te estás muriendo en el suelo, pues despierta.
- Nada de eso hubiera pasado si los 10 partidos que le han caído a Pepe le caen a cada uno que se demuestra que se tira para engañar al árbitro. Ahora mismo tirarse es gratis (como mucho una tarjetilla amarilla), pero el costo/beneficio es bajísimo (si pica el árbitro, gol casi seguro; si no y jugamos en casa, encima le echo al público encima y condiciono su actuación posterior). Yo creo que de ahí viene todo, que se vuelve loco de impotencia (aunque en este caso creo que sí es penalty).
Hala, se abre la veda para que me pongáis verde.
Bueno, también hay que tener en cuenta el puñetazo que le larga a otro jugador del Getafe un ratito después :-)
Por partes: es verdad que lo de Juande no es que sea lo peor que se ha visto. Lo que pasa es que es un tipo que se había ganado mi respeto por sus reflexiones sobre la violencia en el fútbol, y lo que ha hecho esta vez viene a ser lo que hacen todos. Escurrir el bulto. Se puede decir: "Pepe es buen chaval, pero ha perdido los papeles y ha hecho algo impresentable". Eso me lo creo perfectamente. Lo que ha dicho ha sido: "Bueno, Pepe en realidad no tenía intención de darle, ni nada, han sido gestitos al aire". Pos no.
Albizu: respecto al teatro en el fútbol, me asquea tanto que... no veo el fútbol. Así que por ese lado, de acuerdo, y de acuerdo en sancionar al que se tire. Pero en este caso sí que empuja al tío con la mano con toda la gana; el penalty no es teatro, creo. Yo creo más bien que la cosa viene de antes, que el "agredido" habrá calentado al "agresor", y cuando este vio que se le escapaba, le apeteció cargárselo :-) Empezó por tirarlo, y luego por todo lo demás. Incluyendo su juego de puños...
Yo apuesto a que es un tío con algunos problemas de autocontrol. No creo que se haya "estrenado" ese día en perder los papeles...
Albizu, no te voy a hacer caso.... Me vas a permitir que ose no ponerte verde y que me dé la venada de tratar de responderte de modo racional, proporcionado, y, como lo llama mi psicóloga, "asertivo", que, como las "metáforas" que la madre de la cantinera acusaba a Neruda, el amigo del cartero, de enseñarle a su hija, no sé lo que son , pero a mí me suena guay ;-)
Yo disiento de que este hombre, que es un tío que sabe salir con el balón jugado, o sea, que no es un central a lo .... bueno, voy a omitir ejemplos pa seguir siendo asertivo [ :-P ], que es capaz de "shootar" a un pequeño balón en movimiento con precisión, en ese momento si no acertó a reventar de un patadón a "algo" mucho mayor ( un humano ) sea porque no tenía intención.... como tú bien dices, se le había ido la pinza, lo que yo hipotetizo que explica simultáneamente que intentase patear brutalmente a una persona con que quien normalmente acierta con un pie de la precisión de una mano de oro en guante de seda y fallase....
Y concuerdo en que quizás habría que ampliar miras y estudiar más reflexivamente las sanciones a aplicar con un criterio tan inteligente como el del análisis de riesgos y beneficios a la hora de valorar actuar de modo antideportivo. Igual en primera aproximación sancionar duramente el típico "lanzarse a la piscina", cuando esté probado que ese fue el caso, pueda parecer irracional. Pero teniendo en cuenta tu argumentación, quizás no sea descabellado ( un tío que consigue echar a decenas de miles de espectadores encima de un equipo arbitral probablemente esté sembrando unos polvos que terminen redundando en lodos extremadamente peligrosos).
Sergio: claro que esas coces son producto de la frustración, y no van directas a la cabeza, y el pellizco no pretende desangrar al tipo que está en el suelo. Pero tampoco es que se ponga a dar patadas al aire y sin querer pasen cerca del jugador. No se largó a dar patadas a la valla y tocó a un cámara por casualidad; estaba actuando contra el jugador del suelo (y sí, conteniéndose en parte, claro; si no, le revienta el bazo).
Estamos hablando de "violencia deportiva", que ya es suficientemente grave. Si de verdad lo hubiera forrado a patadas en los riñones, estaríamos hablando de responsabilidades penales.
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