Texto en español Margarita Salas, marquesa

El otro día pude asistir a un estupendo concierto coral en La Felguera. Para mi sorpresa, el presentador del acto hizo notar que se encontraba allí la marquesa de La Felguera, a la que invitó a subir al escenario a decir unas palabras y entregar premios. No tengo queja alguna de esta señora, que me pareció razonablemente discreta y correcta, pero sí debo decir que la presencia de una marquesa, a la que se rinde pleitesía, me resultó una situación verdaderamente surrealista, anacrónica y difícil de explicar. Tuve que pellizcarme para asegurarme de que no estaba soñando.

Leo con estupefacción en La Nueva España, y luego donde Sergio, que a Margarita Salas le han dado un título de marquesa.

Un título nobiliario es un privilegio concedido, frecuentemente, por reyes, y ligado a la existencia de monarquías. La monarquía es un sistema de gobierno en el que el máximo dirigente de un país se decide de forma hereditaria, frecuentemente con precedencia de los varones.

Hoy se supone que es un mero adorno, pero antiguamente un título nobiliario tenía un significado muy real, como pilar nada menos que del feudalismo, un sistema de propiedad de unos seres humanos por otros, en el que los vasallos lo eran a cambio de protección, es decir, para protegerse de la violencia (generalmente ejercida por los mismos u otros señores feudales). Pertenece a un tiempo en el que las personas eran nobles, o curas, o vasallos (y llamar personas a estos últimos tiene algo de eufemismo).

Un título nobiliario suele ser un privilegio hereditario (aunque no siempre), al que no se puede aspirar. O se nace en una familia noble, o se consigue el título como algo graciable y arbitrario por parte de alguien poderoso.

Margarita Salas es científica. Me pregunto si, de las muchas maneras que existen para reconocer y agradecer el trabajo científico, hay alguna más contradictoria, más ajena a los principios científicos e ilustrados, que darle un título nobiliario. Teniendo en cuenta, además, que los títulos nobiliarios son un invento heredado de una época en la que las únicas formas de tener razón eran la sangre o la superstición.

Este no es el primer premio que recibe Margarita Salas, y se me ocurren muchas otras maneras de reconocer su labor. Esta en particular me parece casi un insulto para alguien que dedica su vida al conocimiento, la razón y el progreso.

3 comentarios:

Sergio dijo...

Hola, Guti.

Tienes razón. En primer lugar, debería estar indignado justo por lo que tú dices.

Ocurre una cosa, sin embargo. Aunque yo siempre digo que mi pensamiento se inspira en tres principios: libertad, igualdad, y solidaridad ( versión que los socialistas preferimos de la palabra "fraternidad" por motivos creo que no hace falta mucho aclarar, pero si hace falta lo aclaro en mi blog, o donde sea conveniente), y eso, por pura lógica, debería llevarme, necesariamente , a convicciones republicanas, yo parto del hecho de que el 6 de diciembre de 1978, cuando yo era un chiquillo, y, por tanto, no tenía derecho a voto, la mayoría de mis conciudadanos votó a favor de una constitución que establecía la bandera roja y amarilla que se diferenciaba poco de la que se había utilizado durante el mandato del anterior jefe del estado, que lo fue por la fuerza de las armas ( y por la conveniencia de otros países occidentales en la guerra fría, y no cayó en los años 40 como cayó -formalmente- el fascismo italiano [digo formalmente porque no imaginais cuántos fascistas italianos ocuparon cargos durante el ventenio de la camisa negra, y no la de Juanes precisamente- y luego los ocuparon bajo las siglas de la Democracia Cristiana ), y votaron además la forma de Estado de monarquía constitucional y parlamentaria ( de facto, república coronada, dicen algunos ), incluyendo la preferencia de la mujer sobre el varón en la sucesión a la Corona.

Puedes imaginar que hay cosas en eso que no son mi ideal. También digo siempre, que los derechos fundamentales, la Democracia europea contemporánea, la bandera roja y amarilla ( tampoco me hubiera gustado la tricolor con morado, que conste: soy constructor por naturaleza y me gusta unir y no dividir, y la otra media España que apreciaba más a Franco que a Azaña o Negrín estoy seguro de que no hubiera soportado la tricolor; hubiese valido una de consenso que no pisase los callos de nadie), la Monarquía, y la preferencia de la mujer sobre el varón en la Sucesión iban en el pack, y votabas todo o nada. Y que el pueblo yo creo que no votó monarquía, sino Derechos Fundamentales y Democracia Liberal al estilo Europeo Occidental de la época.

Entendido que, como, por ejemplo, Santiago Carrillo, acepto la monarquía y la bandera rojigualda en favor de la paz entre españoles ( si hay algo más terrible en la historia de este país que aquella , a mi juicio evitable, horrenda guerra entre hermanos y vecinos, que sólo trajo sangre, destrucción, miseria, y retroceso de la agricultura y el PIB a niveles de cincuenta años antes), entenderás por qué, subsidiariamente, pongo el pero que pongo al marquesado, y no el que esperabas en primera instancia de mí.

Dicho esto, a mí lo que más me interesa ahora, aunque el momento sea jodido, son las pelas para Investigación. Creo que el mejor homenaje que se le puede hacer a la Doctora Salas es dotar dignamente de medios humanos, materiales y financieros a los excelentes, muy buenos, y buenos grupos de investigación. Y si las cosas van medio bien, incluso a los normalitos, que, en ciencia y tecnología, nunca se sabe dónde salta la liebre, y quizás el gran descubrimiento del siglo en España no salga de un grupo de excelencia.

Por lo que sé de Margarita Salas, creo que ella preferiría eso a un Ducado de Canero con grandeza de España. Por ejemplo, la inauguración en Valdés del Centro de Investigaciones Biomédicas Avanzadas "Margarita Salas". ¿ Iluso ? Sí, pero llevo unos días, que, si pierdo la ilusión, todo me falta.

Sé feliz

Sergio dijo...

Por cierto, caballero, fue un placer verle ayer y confirmar que sigue usted existiendo, además de en la blogosfera, en Real World (TM) :-)

No tiene perdón de Dios, vivimos a menos de cinco minutos andando y nunca nos encontramos. ¿ Tendrá que ver con que tú estás siempre trabajando ? ;-)

[ nota para los ausentes del encuentro más sonado desde Stanley y Livingstone: le vi en su lugar de trabajo, dado que acudí yo allí por otros motivos; no hay fotos porque las reservamos mis amigos y yo para una celebración de un título más GANDE que la Eurocopa una hora y diez minutos después - de bachiller a ingeniera en 70 minutos - ] ¡ Felicidades ingeniera ! ¡ Yes la mejor !

Guti dijo...

Lo mismo digo, don Sergio, un placer verlo. Lo de que no nos tropecemos supongo que es cosa de horarios incompatibles... y es que lo nuestro no tiene futuro :-)

Al parecer, la cosa salió bien. Me alegro, seguro que es un título muy merecido.