Texto en español El amigo Constantino


Amigo Constantino...

Si he de creer lo que dicen los periódicos, ayer te estuvieron juzgando por conducir a 260 km/h. Esta de aquí sería, pues, tu foto.

Si es cierto, pues, lo que cuentan, te llamas Constantino García. Tu abogado o tú habríais dicho que no ibas a más de 140 km/h, que el radar está mal porque tu coche no alcanza más de 250 km/h, que como mucho existió un peligro abstracto y no concreto para nadie (cosa que la ley requeriría para encarcelarte), que sí, que adelantaste camiones pero y qué, que no se puede demostrar que los adelantaras tan rápido (los 260 km/h se obtuvieron en una medición concreta, no continua), y que el informe pericial dice que necesitarías unos 478 m para frenar, pero que no es cierto, porque "sólo" necesitaste 400 cuando la policía te paró, sin poner en peligro a nadie y sin ningún contratiempo.

Bueno, Constantinín. Llevabas a alguien más en el coche, así que lo del peligro abstracto es bastante discutible. Pero en cualquier caso, déjame decirte mi opinión.

Opino que ibas a 260 km/h, vaya que sí. Opino, además, que uno puede despistarse y llegar a 140 km/h sin darse cuenta, o incluso a 160, pero tú, está más claro que el agua, ibas a toda hostia, a todo lo que daba el coche, probándolo en una carretera de Burgos, no sé si para impresionar a una pasajera tuya, o porque siempre eres así de burro, dicho sea con toda la burrez de la palabra.

Opino, pues, que eres en primer lugar un presunto mentecato, cenutrio, lerdo, percebe, cretino, zopenco, tarado, y unas cuantas palabras más que ni conozco pero que servirían, sin ser suficientes, para seguir llamándote estúpido. Presunto, que quede claro. Un presunto imbécil integral.

En segundo lugar, creo que eres un presunto peligro público, un presunto asesino en potencia, uno de esos presuntos hijos de la grandísima puta que en un momento dado pueden atravesar como un misil, montados en su puto coche (el tuyo, un Audi A-8), una furgoneta llena de trabajadores, o un turismo con una familia, ya sea mediante un choque frontal, por despiste, o por perder el control del arma (porque en manos de un mameluco como tú eso es un arma), cosa que a 260 km/h ha de ser bastante fácil para cualquier conductor cuidadoso -simplemente con que a un perro se le ocurra cruzar la autopista en un mal momento- conque no digamos para un tarugo de tu calaña. Seguro que tu coche es como un tanque y llevas airbags hasta debajo del culo, pero el desgraciado que pillaras conduciendo por su carril con toda precaución se llevaría la peor parte. Después de ocurrir una de estas tragedias, después de que unas cuantas vidas queden destrozadas porque un tonto del culo estaba jugando a Fernando Alonso, pensamos que ya no tiene remedio, que qué no habríamos hecho de poder evitarlo un segundo antes, cambiar la situación unos pocos centímetros...

Bueno, Constantinín. Presuntamente, esta vez te han pillado antes de joder a nadie. Y poniendo en la balanza lo que podría haber ocurrido, y los motivos o la necesidad de que algo así ocurriera (básicamente, que tus posibilidades de echar un casquete con alguna descerebrada aumenten en un 0,1%, o simplemente que te sientas más triunfador por llevar un coche diseñado para poder ponerse a 200 km/h en 17 segundos), si al final te quitamos el presunto y realmente eres culpable, creo que lo menos que les apetecería hacerte a los fantasmas de las personas que desmembraras sin comerlo ni beberlo es que pasaras un par de años en la trena.

Así que, amigo Constantino, si fueras realmente inocente, e ibas a 140 km/h, te deseo una simple multa que te duela como nos pasa a todos cuando cometemos errores, y por lo demás la mejor suerte para el futuro. Pero si eres culpable de la forma que yo me temo, si todos mis prejuicios resultan ser acertados, ojalá te metan un puro del que te quede recuerdo para el resto de tus días.

Ah, y ojalá tengas que vender el coche para pagar al abogado. Presunto cabrón malnacido.

3 comentarios:

Herel dijo...

Y te has quedado corto.
Sobre todo es una falta de respeto para los demás. Me gustaría ver qué hace ese tipo a 260 Km/h encontrándose de frente con otro acomplejado valiéndose de la potencia de una máquina para ser sobre los demás lo que físicamente no es ni será.

No entiendo cómo alguien puede despertar admiración por la velocidad, el mérito es de la máquina.

Anónimo dijo...

¡Qué Reverte te ha quedado! Ya lo has dicho todo. Nada más que añadir

Anónimo dijo...

Acaban de absolver a este animal.