Texto en español El cinturón

Me ha parecido muy llamativo, la verdad.

Creo que quien está en un cargo de cierta responsabilidad tiene que tener una cierta educación y autocontrol, pero aun así es comprensible que en un momento dado se indigne y pierda los estribos. ¡Huy!, yo, porque me muerdo la lengua y me lo pienso dos veces, que si no... estaba todo el día repartiendo golpes. (Quiero decir que siempre que me altero me muerdo la lengua sin querer y soy muy lento, así que no valgo pal boxeo. Bueno, eso.)

En esos momentos, supongo que uno se ciega, la adrenalina lo desborda, no es dueño de sus actos, y el cerebro reptiliano ordena a los músculos que se muevan y depreden, y todo lo demás no importa. O dicho de forma más sencilla: "me calenté". Le puede pasar a cualquiera.

Lo que me llamó la atención de la reacción de este señor es, en esos momentos instintivos y fuera de control, qué es lo que le sale. Atentos.



¿No es sensacional? ¡Se quita el cinturón para darle a la de la banderita!

Es el presidente (ya ex presidente, porque muy juiciosa y acertadamente dimitió) de la Asociación de la Prensa de Granada. Me sorprende que se tome tan a pecho una inauguración de una exposición, pero sobre todo me sorprende su gesto instintivo. A mí me saldría quitarle la bandera a la tipa, o empujarla, no sé... pero ¿a ti te saldría quitarte el cinturón, como a un padre de familia decimonónico?

Por una parte, me resulta un gesto muy extraño, muy raro para mí. Algo que no hago nunca. Por otra parte, si me pusiera a hacerlo no podría evitar sentirme como una especie de torturador sórdido, como un director de hospicio que tiene a un niño de ocho años acojonado en un rincón y se dispone a darle su merecido, de manera que lo vea venir lentamente, que sepa lo que le espera y que es inevitable, que va a pasar por ello, y que así aprenderá para otra vez y sabrá quién manda... Se me pone la piel de gallina sólo de imaginarme en esa situación. Y quitarse el cinturón para pegar me suena a eso.

No sé qué mueve a una persona tan cabal a hacer ese gesto tan extraño, tan ajeno, tan poco usual.

Porque le resultará extraño, ajeno e inusual, ¿no?

Conclusiones precipitadas, no voy a sacar. Para eso ya están los periodistas.

3 comentarios:

boronat dijo...

Por lo menos uno dimite y parece realmente arrepentido, pese al cinturón.

Guti dijo...

Estoy de acuerdo. Lo del cinturón da que pensar, pero de su reacción posterior no hay queja. En vez de escurrir el bulto y echar la culpa a otros, dice "me equivoqué" y se da cuenta de que no conviene que siga en el cargo.

Niña hechicera dijo...

Lo que es increíble es la frialdad con la que el tío,sin despeinarse,se incorpora y tranquilamente se va sacando el cinto,así,como si estuviera pensando" verás qué cara se les va a quedar a estas..."
Normal desde luego que no es,ni aceptable....y desde luego ya que no puede recoger el agua derramada lo mejor es que se pire.
El discursito ese de arrepentimiento,por otro lado,no resulta nada creíble tampoco,tal pareciese que está recitando la lección.