Hablemos de fútbol
Voy a hacer mi propio comentario del partido entre el Madrid y el Barcelona el sábado pasado. Claro, mucho más ignorante y mucho menos sesudo y espectacular y épico que el de todos los periodistas de España que son los expertos en contarnos la realidad. Lo que diga yo seguro que es mucho menos real.
Primero: que Messi no es para tanto. Que mete goles porque es delantero. Que si no fuera delantero no metería tantos goles. Que es muy bueno, sí. Y ya.
Segundo: que Cristiano Ronaldo también es muy bueno. Que corre un huevo y parte del otro, y lo que es peor, se para todavía más rápido de lo que corre, pero esa habilidad no la dedicó a defender (aunque para su equipo pueda ser mejor) porque meter goles da más pasta. Y ya.
Tercero: que me alegro de que pierda el Madrid, siempre, porque si no no hay dios que aguante vivir en esta mierda de país (ah, y porque mi suegra es culé, y prefiero que esté contenta). A ver si en el mundial de fútbol nos vamos pronto a casa y dejamos de oír esa memez insufrible y hortera de "la roja".
Cuarto: que se dicen muchas gilipolleces sobre el partido y la autoridad del Barcelona y lo mal que jugó el Madrid. En el partido que vi yo, hubo media docena de paradones del portero del Barcelona, y si hubiera estado un centímetro más acá o allá, el Madrid habría metido cuatro goles, y la realidad sería la opuesta de la que es, y el entrenador del Madrid un zorro astuto y genial, y el Barcelona un equipo agotado que sólo se apoya en Messi que además está mayor y ya no corre como antes.
Ya, menuda sosez. Pero es que el fútbol es poco más que un juego de azar, y se inventó para jugarlo, no para hablar de él. Si se habla de él, sólo se dicen gilipolleces. Pero la gente con una barriga de cincuenta kilos encuentra más cómodo hablar que jugar. En eso se basa el negocio. En eso y en la violencia más o menos canalizada.
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