Eurolacón
Parece mentira, pero hace ya un año que estuve rajando del festival de Eurovisión. Lo que prefiero, en principio, es no hacerle ni caso. Salvo que me apetezca, como hoy.
Este año, el festival me ha gustado, mira tú. Por varias razones:
- La primera y más importante: porque no lo he visto. Sólo vi algunas votaciones, con lo que me ahorré el tocinón musical, pero aparte era muy divertido intentar adivinar (sin haber oído ni una canción) a quién daba los votos cada país, y... acertar con frecuencia pone a uno contento. Bielorrusia vota a Rusia. Montenegro a Serbia. Noruega a Suecia. Y así.
- Porque la ganadora (como pude ver después en Youtube) no es una adolescente despampanante en paños menores, como nos dicen que tienen que ser las mujeres de verdad en Hollywood y Bollywood (la verdad es que esta pa mí que tiraba más a Bollywood). Aunque ella no iba de modelito, sí le pusieron alrededor a unas cuantas coristas más al uso, pero tampoco enseñando muslamen. Eso sí, el efecto me pareció bastante... raro. La leve coreografía que se marcaron con la cantante (y entre ellas también) quedaba... no sabría describirlo... ¿Podríamos decir que parecía un inquietante número zombi-lésbico protagonizado por las novias de Drácula en una peli de los setenta?
- Bueno, en el aspecto musical diría que la ganadora, cantar, canta, pero demasiado gritona para mi gusto. En 3 minutos le habría dado tiempo a ser un poco más gradual.
- Y lo mejor de todo: esas normas indignantes que la organización española parece creer oportunas ya pueden ir comiéndoselas con patatas. Mirad, chavaletes: en esa "realidad" de Eurovisión que os permitís describir la ganadora no tenía en la letra ni una puñetera palabra en inglés, ni el tempo era medio ni rápido, ni tenía estribillo anglófilo, ni palabras "universales", ni onomatopeyas. Me alegro mucho de que lo que creíais tocino sea lacón.
Por lo demás, partiendo de que no me gusta ni el estilo ni la canción ni el rollo que se traían ni la grima que da cómo se mueven a veces (parece una luxación), se puede reconocer que por lo menos los cantantes españoles hicieron su trabajo razonablemente bien. Eso sí, después de tanta tabarra con la lengua de signos, dudo que ningún sordo haya podido ver las señales (la realización de este festival no suele estar atenta en exceso a los cantantes, no sé por qué).
El chaka-pum-chaka-pum hortera, rumbero y español-para-extranjeros-retrasados no triunfó. Ganó una señora cuya única virtud, aparentemente, era cantar (que se supone que es de lo que va esto), y ganó con una balada en un idioma que en Europa no habla ni el tato.
Me alegro. (Aunque no me voy a comprar el disco, ya te lo digo).
1 comentario:
Decepcionante. Tras la victoria de Lordi la edición pasada, lo mínimo exigible es que el certamen se hubiera convertido en un festival de hard rock y heavy.
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