Titiriteros
Hay una cosa que me tiene intrigado respecto a las cifras de lectores de algunas páginas web. ¿En qué medida cabe hacer deducciones sobre la actitud de sus visitantes a partir del número de visitas?
Pongamos un ejemplo. Entro con cierta frecuencia a El Plural y a Libertad Digital. Supongo que mis visitas cuentan y me consideran un "lector". De algún modo lo soy. Pero en realidad no siento el más mínimo respeto por ninguno de estos dos medios. El nombre de ambos me parece de risa cuando leo sus contenidos. Digámoslo claramente: entro por puro recreo enfermizo. A ver qué burrada, estupidez o mentira dicen hoy. A ver cómo tergiversan o manipulan algún hecho (o algo que ni siquiera es un hecho) para que encaje con sus intereses. No creo ni media palabra de lo que ponen, y las visito puramente por curiosidad malsana. Podemos aceptar que técnicamente soy lector suyo, pero... ¿quizás consideran que coincido con su línea editorial? ¿Cuánta gente hay como yo en esto?
Me llamó la atención últimamente un detalle menor aparecido concretamente en Libertad Digital (y desde luego más sutil de lo que acostumbran a ser). Llamaba "titiriteros" a unos actores que acudieron a misa en San Carlos Borromeo, parroquia que la Iglesia quiere cerrar, al parecer, por defectos de forma litúrgica. Me llamó la atención porque utilizan "titiritero" con evidente afán despectivo.
Titiritero es el que maneja títeres, o el que ejerce de volatinero. Esa acepción sana y sin doblez es la que el redactor de LD quiere convertir en insulto.
Y hay pocas palabras más grandes. Así que no ha sido muy hábil. Técnicamente, las personas aludidas no son titiriteros en cualquier caso, y se lo ha llamado para empequeñecerlos. Pero la verdad es que los ha engrandecido. Les ha atribuido importantes habilidades que no han ejercido (sin perjuicio de que ejerzan otras... o no). Cualquiera que haya sido pequeño delante de un puesto de Chacolí (así se llama en Asturias uno de los personajes más populares) respetará mucho más a las personas que movían sus manos y ponían sus voces a aquella obra que a cualquier redactor de Libertad Digital.
Siendo retorcidos al estilo de estos dos grandes medios de comunicación, un títere, además de un muñeco que se puede mover, es una persona que se deja manejar por otra. Titiritero sería, pues, el que maneja a otras personas que se dejan manejar.
Quizás Libertad Digital sí sea, por desgracia, una compañía de titiriteros. E intentan manejar hilos muy concretos.
De los muñecos depende que esos hilos no les funcionen. Ojalá sea así.
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