Esquí
El sábado pasado fui a esquiar.
Bueno, no exactamente. No había ido en mi vida a una estación de esquí, así que no fui a esquiar, porque no sé.l Fui a ver de qué iba aquello.
La experiencia me resultó muy interesante. Entre otras cosas, nunca había visto la nieve así. Resulta que los cristalitos de nieve, esos que tienen formas tan increíbles, se ven perfectamente a simple vista. Yo no lo sabía, hasta que los vi rodando por mi ropa.
Bueno, aparte de cosas así, lo cierto es que lo del esquí resultó casi exactamente como me lo imaginaba. Y por eso dudo que se convierta en mi deporte. Quizás soy demasiado comodón. Claro que no es lo mismo, pero si me pongo unos patines, estoy deslizándome en llano, de manera continua, a los cinco minutos. Para esquiar... la cosa es distinta: madrugón, coche, cadenas, alquileres varios, autobús, telesilla, y cada vez que bajes, el remonte correspondiente (para los que no tenemos ni idea y estamos en pistas casi llanas, la "percha"). Claro, todo esto se dice pronto, pero cada una de esas cosas... implica una cola previa.
Cuando ya acabas, es lo mismo pero en orden inverso.
De todos modos, me alegro mucho de haber ido. Y de haber vuelto entero, claro está.
1 comentario:
Se que dependiendo del caso es difícil, pero por dios, id un día por semana. Es mágico estar haciendo descensos con 2 personas a lo sumo haciendo cola.
Los fines de semana se satura porque es cuando todo el mundo puede ir.
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